Tanto Cirilo de Jerusalén como Dídimo el Ciego trataron del Espíritu Santo en sus obras pero desde un punto de traza pastoral o espiritual, sin querer hacer teología.
Como seres humanos somos débiles y necesitamos un poder que sea sobrenatural y esto solamente podemos obtenerlo por el Espíritu, el cual es poder de lo parada.
Aunque el Espíritu Santo se menciona más claramente en el Nuevo Testamento, todavía tiene varias referencias en el Antiguo Testamento. A menudo se le describe como el «derrota de Todopoderoso», simbolizando su poder y presencia activa en la creación y en la vida de las personas.
A la izquierda, San Pablo por El Greco. A la derecha, un folio del papiro P displaystyle mathfrak P
Durante el concilio de Calcedonia, los principales pneumatómacos eran Eleusio de Cízico, Marciano de Lampsaco y Maratonio de Nicomedia (que dio nombre a los maratonianos). Las disputas se volvieron intensas y violentas acertado al crecimiento de los grupos de pneumatómacos no obstante que tenían grupos de monjes que atraían muchos seguidores por su severidad. Desde el año 373 hay una prisión casi ininterrumpida de escritos contrarios a esta doctrina: Basilio en su obra sobre el Espíritu Santo, la carta de Anfiloquio de Iconio, el «Panarion» de Epifanio de Salamis, los «Anatematismos» del Papa Dámaso.
Este entendimiento de la Trinidad permite a los creyentes distinguir cómo cada persona contribuye a su relación con Alá y su vida espiritual.
La experiencia puede ser expresada de muchas maneras. Sin bloqueo, muchas personas que han sido bautizadas con el Espíritu pueden reconocerse con lo que escribo aquí:
Se necesitan los siguientes factores para ayudar a reforzar nuestra comprensión sobre el bautismo del Espíritu. Primero, 1 Corintios 12:13 dice claramente que todos hemos sido bautizados, y que a todos se nos dio a Tomar de un mismo Espíritu (el hecho de que el Espíritu mora en el creyente). Segundo, en ninguna parte de la Escritura se exhorta a los creyentes a ser bautizados con, en o por el Espíritu, o a averiguar de alguna modo el bautismo con el Espíritu Santo.
Esto sugiere que, aunque el Espíritu mora en todo creyente desde el momento de la salvación (Romanos 8:9), hay una obra distinto de empoderamiento que se experimenta de modo distintiva. El bautismo en el Espíritu no es un fin en sí mismo, sino un medio para existir en santidad, ejercer los dones espirituales y avanzar el Reino de Dios con poder.
Muchos teólogos argumentan que esta experiencia no es opcional, sino esencial para una vida cristiana plena, luego que proporciona los posibles espirituales necesarios para confrontar las batallas cotidianas y cumplir la Gran Comisión.
En el relato de la creación del mundo, el versículo Gen 1:2 dice que «el espíritu de Dios se movía sobre la Semblante de las aguas». Según los teólogos cristianos, esta frase expresa la idea de una actividad divina actuando sobre el caos posterior a la «separación de los cielos y la tierra» Gen 1:1 y alude al poder creador y formador del Espíritu Santo.
Dirige a los creyentes alrededor de una vida conforme a los principios de Altísimo. A través de su influencia, el Espíritu Santo ayuda a las personas a estar en Paz con su Certidumbre. Esto incluye convicciones sobre el pecado, motivando el arrepentimiento y el crecimiento espiritual.
Los cristianos pentecostales y carismáticos entienden el bautismo en el Espíritu Santo como una experiencia definida que ocurre después de la salvación. Los pentecostales y carismáticos distinguen entre la regeneración del creyente y el bautismo en el Espíritu. En el momento que una persona es regenerada, esta tiene la presencia del Check This Out Espíritu Santo; sin embargo, los pentecostales y los carismáticos esperan una experiencia segunda y distinta de llenura del Espíritu.
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